Los astros son simbólicos.

Un símbolo es aquello que reúne o religa dos realidades, es un cuerpo concreto perceptible en el mundo físico, pero que nos remite a otro mundo, el invisible, nos muestra una dimensión más allá de nuestra comprensión habitual. Observar la apariencia externa de un astro no es superficial, es necesario para interpretar su interioridad y su sentido, porque la forma nos lleva más allá de la forma.