Saturno

Regente Cosmológico de Escorpio

Escorpio es el octavo signo del zodíaco, el depredador arácnido de 8 patas, el octavo pasajero oculto entre la sombras en Alien, la octava etapa del crecimiento humano. Su número recuerda al infinito y sugiere un reciclaje cíclico de cuerpo y alma, para transmutar los elementos más tóxicos. Es el dragón que guarda el tesoro más preciado en la cueva de tu interior: la posibilidad de vivir sin miedos.

Vivir sin miedos.

¿Qué tal te va con eso?

Para cultivar ese don, tendrás que atravesar las entrañas de la bestia, que no es más que tu resistencia a mirar tu propia sombra. Saturno devoró a sus hijos. Uno a uno, todos fueron engullidos. Es bien sabido. Pero se habla poco de que Saturno luego los regurgitó y volvieron a la vida para tomar el poder.

Fue un bautismo, un rito iniciático, que transformó a sus hijos en lo que fueron después: los dioses del Olimpo. Saturno fue su umbral a otra vida, su dragón, su esfinge, el reto que superar para madurar y vivir conscientes de su poder. 

Saturno también devora sus lunas. Su fuerza gravitacional las revienta, y con los fragmentos del cadáver lunar e construye sus famosos anillos, y éstos brillan con tanta belleza, porque son en su mayoría hielo de agua.

Dicho de otra manera, Saturno tritura sus lunas, las pone en órbita a su alrededor, y las filtra hasta que extrae su esencia más depurada, y ésta se vierte sobre él como una lluvia de maná.

Sus anillos son pura transmutación de materia, puro Escorpio. Una dinámica de purga y destilación que convierte lo muerto en elixir. Un ciclo de Hielo y Agua. Una simbiosis entre cuerpos celestes.

Pero los anillos desaparecen cíclicamente, caen en forma de lluvia y son consumidos por el propio planeta. Por eso necesita una nueva presa cada tanto, es la danza de la araña y la mosca, del seductor y el seducido. A algunas lunas como Encelado, las succiona lentamente. Como un vampiro que ha dado con la yugular, extrae el fluido que le interesa. Esto ocurre a través de los géiseres que su fuerza gravitacional crea en la luna, y que alimentan de hielo a los hambrientos anillos...

Otros planetas tienen anillos, pero ningunos comparables en esplendor a los de Saturno. Sólo él tiene suficientes lunas heladas como para crear semejante muro de hielo, cuando las destruye. Hielo es Agua Fija, otra forma de describir a Escorpio.

A menudo, el Escorpio inmaduro se convierte en la reina o rey de las nieves r, ya que, atemorizado por sus emociones y las de los otros, enfría su corazón y también quiere helar la sangre, de miedo, a los demás.

¿Porqué? El autodominio férreo es su escudo ante las desgracias, se muestra impenetrable, desconfiado, amenazante y a veces francamente terrorífico.

Se defiende cubriendose con ese manto gélido, porque teme que su profunda sensibilidad, expuesta, podría llevarle al desastre. Muchos Escorpios resultan fríos por esta autodefensa emocional y aunque en el fondo son pura entrega amorosa, se esconden bajo la nieve.

Es cierto que a veces protegerse es necesario, pero otras, Escorpio solo está acorazándose frente a la vida. Saturno y Escorpio tienen mucho en común.

Poco trabajados, son rígidos, pesimistas, dominantes, controladores. Maduros, crecen a través de la superación y sacan provecho de lo realmente difícil en la vida.

Por eso defiendo que uno rige al otro.

Saturno es el octavo planeta desde el Sol (contando a Ceres), como Escorpio es el octavo signo. Saturno trae muerte al sistema solar, pero no representa exactamente el final de la existencia porque el recorrido energético sigue tras él, en los planetas transpersonales.

Es más bien una aduana, cuyo precio es alto, porque te exige morir a una parte de ti, para renacer en comunión con algo más grande: lo divino que viene.

Saturno es el umbral que se abre a Urano, el primero que entiende la mente de "Dios". Para ello, primero es necesario dejar los miedos sociales y personales atrás, en el reto de maduración que nos propone Saturno.

Paralelamente, para los signos es Escorpio el que realiza esta función, porque solo tras su catarsis puede brotar Sagitario, el buscador del sentido trascendental de la vida, y la comprensión del mensaje del Todo, básicamente "Dios", otra vez.

El retorno de Saturno es de los más estudiados y temidos, porque obliga a elegir qué se queda y que se va de nuestra vida, aumenta nuestra tolerancia al dolor y frustración, y muestra las consecuencias de nuestros tropiezos y pecados.

Saturno es un rito de paso imprescindible en la evolución hacia lo trascendental, que nos templa con su presión y dureza, exactamente como Escorpio.

Saturno trae un cambio de piel 

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