Júpiter

Regente Cosmológico de Libra

La geometría de opuestos complementarios está por todas partes. Está en lo personal, en tus intereses frente a los de los demás. En lo colectivo, por ejemplo, en los valores de Occidente y de Oriente... No tiene nada que ver con lo bueno y lo malo. Es el vaivén entre dos polos que necesita toda dimensión de lo real para manifestarse.

Yo y el Otro. Lo conocido y lo desconocido. El Este y el Oeste. Y por supuesto, también lo vemos reflejado en el cielo.

Os hablé del Sol como regente cosmológico de Aries, ya que es el Big Bang del sistema solar. Representa la pasión personal por ser (Fuego) que emerge sin concesiones e imponiéndose (Cardinal). El Sol es un "yo soy y yo inicio" radicalmente personal, es un astro liberado de la necesidad de agradar, conquistar o negociar con lo externo. ¿Pero quién será su opuesto complementario? ¿Hay acaso un digno rival para este peso pesado de los astros?

Júpiter, el planeta gigante, es el único que se puede comparar, el contrapeso claro del Sol. Nacido de la misma nube de helio e hidrógeno que el Sol, sin embargo no entró en fusión nuclear como nuestra estrella. Es, literalmente, el globo de Aire más enorme del cosmos, hecho exclusivamente de corrientes de gas y tormentas abismales que perduran miles de años. Júpiter simboliza la apertura a lo social (Aire), conocido por su defensa de la justicia y la cultura. Representa la expansión hacia los otros, la voluntad de aprender y enseñar.

Además es el gran benéfico, por su buen rollo y tendencia a sonreír a la vida. Con sus ganas de participar en la sociedad con alegría, se convierte en legislador, asesor y profesor del mundo, y tiende a ser querido de vuelta. Todas estas son características idóneas para el regente cosmológico de Libra. Mientras que Sagitario o Piscis, sus regencias tradicionales, para mi se caracterizan por abrirse a lo espiritual, y por ello, solo los planetas transpersonales deben regirlos. Pero ahí no queda la cosa, hay un conflicto en el que el Sol y Júpiter llevan inmersos desde hace millones de años y que es la prueba definitiva de su oposición...

Nuestro sistema solar es un entrelazar de fuerzas.

Cualquier viajero del espacio sería arrastrado por corrientes de energía, absorbido por un planeta u otro debido a la atracción de su gravedad. Pero en el entramado también existen lugares para la estabilidad. Los Puntos de Lagrange son lugares donde las tensiones relativas de los astros se anulan nutuamente, se balancean de tal manera que crean "suelo firme".

Si pasases por uno, te quedarías suspendido en el espacio, sujeto de forma invisible entre el tira y afloja. Son refugios de equilibrio dignos de Libra.

Los Puntos Lagrange más impresionantes los produce el pulso de los astros mas grandes, el Sol y Júpiter, y se hallan en la órbita de este último.

Surgen de una geometría física sin igual: Sol y Júpiter se hacen de contrapeso mutuo y tensan el espacio-tiempo entre ellos. Del eje frontal surgen, como onda expansiva de la tensión, dos triángulos equilateros (de 60 grados), y donde su punta externa cruza la órbita de Júpiter, acontece el milagroso equilibrio. Justo ahi más de 6100 asteroides están encajados en el tironeo de fuerzas. Daños colaterales, atrapados en el conflicto macrocósmico.

Es revelador que los asteroides en cuestión levan los nombres de los combatientes de la guerra de Troya. Un grupo llamado como los del bando griego (Aquiles, Patroclo...), y el otro, como los troyanos (Héctor, Paris...). Simbólicamente, Júpiter hace de mediador entre ambos, porque se halla en el centro.

Más increíble aún, si te fijas parece que el planeta sea una autentica balanza, y que en sus platos esté sopesando a los asteroides ¿juzgándolos quiza?

Dato numérico: el Sol es el punto de partida, la órbita 1 que corresponde a Aries. Contamos hacia afuera, y si incluimos la órbita 6 para Ceres (Virgo), Júpiter aparece como la 7, número de Libra ¿será casual?

Esta es mi interpretación de este juego de equilibrismos. Puedo estar equivocado, pero de lo que estoy seguro es que no es arbitrario. Esta poesía en los cielos debe tener un sentido, quizá no el que le doy, pero sigamos buscando siempre.

No podemos ignorar toda esta armonía y belleza.

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