Urano

Regente Cosmológico de Sagitario

¿Sabías que Urano siempre se pudo ver a ojo desnudo en el cielo?

Mucha gente piensa que no, porque las civilizaciones antiguas no lo conocían, pero en realidad Urano puede observarse en noches muy despejadas, sin necesidad de ningún instrumento. Sin embargo, está tan lejos en el sistema solar que su luz es muy débil, casi imperceptible, por eso en el pasado, se confundió con una estrella menor, y se pasó por alto. Tiene gracia que Urano estuviese alli mismo, y nosotros no lo pudiésemos ver.

Es como una esperanza lejana y esquiva. Si parpadeas te la pierdes, porque tus ojos irán a fijarse en algo más brillante. Para agarrarse a ella, hay que tener una actitud especialmente dotada para el optimismo. Es como la vida en invierno, que solo es un pálido reflejo de lo que ha sido, y casi olvidamos que está ahí, con su luz y calor, tras el manto de nubes grises.

¿Cómo confiar en una luz tan distante, cuando estás metido en un pozo?

Cuando todo se apaga, el único Fuego que podemos encender, es el de la fe. Es el super-poder de Sagitario, mirar hacia la luz, que por muy lejana que esté, aunque solo sea una ridícula versión de lo que puede ser, ahí está, sonriendo. Sagitario la magnificará, la exagerará y celebrará la promesa de esa vida por llegar. Hace falta una puntería espiritual para enfocarse a esa luz al final del túnel. Una fe particular, para vivir de esa manera.

Para confirmar la existencia de Urano, finalmente Herschel, su descubridor, usó un telescopio, instrumento que recuerda al arco de Sagitario, porque permite apuntar, y proyectarse muy a lo lejos "tele" para mirar "scopio". Hacer "zoom" para magnificar nuestra (cosmo) visión.

Lanzarse uno mismo a través de la vista, como una flecha, y así poder experimentar algo tan lejano como un planeta, como si estuviese aquí mismo. Podemos disfrutar de lo que todavía no es más que una promesa inalcanzable. Traer nuestra esperanza al ahora.

Visto así, el telescopio es puro Sagitario.

Desde su emplazamiento, la fuente de luz y calor que es el Sol queda lejos. Pero Urano saca el máximo provecho, por su orientación natural. Como cuando en invierno, hacemos contorsionismo para recibir un rayo de luz que entra por la ventana, Urano, toma una postura imposible, para recibir de pleno el calor del Sol. Si los planetas tuviesen chakra coronilla, este se alojaría en sus polos, que son también como los extremos de una batería, por donde se recargan.

Urano es el único planeta que apunta esos polos directamente al Sol, como si buscase cargarse de energía. Parece incluso que incline su "cabeza" ante él, en actitud de reverencia, como los creyentes orando ante la Meca. ¿Y qué dios más poderoso hay en la naturaleza, que el Sol?

Urano cree y se proyecta en el Sol, como Sagitario cree y se proyecta en un poder superior. Y como Urano esta inclinado y tiene anillos, estos aparecen en vertical, lo que da claramente la imagen de un arco apuntando al Sol, donde la flecha es el eje polar. El arquero

Esta insólita dinámica, tiene como consecuencia que sus hemisferios se turnan para apuntar a la luz. Durante 21 años, uno de los hemisferios señala al Sol y vive un largo día sin rastro de oscuridad, que también es su verano, y después es el turno del otro. Durante tantos años y a pesar de lo lejos que está del Sol, no conoce la noche. Cegado, sin poder ver otra cosa que luz, la verdad de su Dios.

¿No suena a la iluminación flipada de Sagitario?

Como nosotros en diciembre, a pesar de la oscuridad, nos escapamos a la felicidad de la navidad, exageramos los actos cálidos en medio del frío para absorber la alegría circundante. Es la dinámica del buscador de Sagitario, empeñado en orientarse a la felicidad, al Fuego sagrado. Es el acto extravagante y a veces escapista de Sagitario por mantener el optimismo, cueste lo que cueste. Es la evasión hacia lo bueno en el universo.

¿No es una maravilla que el cosmos sea capaz de enseñarnos, a través de la geometría cósmica de un planeta, algo tan enriquecedor cómo este optimismo a prueba de bombas? Eso hace Sagitario, en los momentos más duros, sabe re-orientarse hacia aquello que le motiva a seguir. 

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