En última instancia, lo más Acuariano que haremos es salir de este plano de la existencia, para pasar a otro. Porque significa el salto al vacío definitivo, un bautismo, un rito de entrada a un nuevo universo. Es la liberación de todas las ataduras, el Moksha del que hablan los hindúes, que nos podría liberar del Samsara, la rueda de la reencarnación y el karma, y entonces librarnos de volver a la Tierra reencarnados. Seria dejar todo lo terreno atrás y abrirse a ser una versión de ti, sin apegos ni materialidad, puro Aire Transpersonal, el elemento de Acuario.
Por eso, Plutón, dios de la muerte, es el regente cosmológico de Acuario, porque este signo es la verdadera y definitiva desaparición de todo lo que conocemos y nos ata, cambiado por una página en blanco en otra dimensión. En comparación, Escorpio, el signo oficial de Plutón, más que una transformación tan radical solo es una purga en vida, sin cambios de escenario tan fuertes.
Donde Acuario es el cambio de paradigma social que ocurre una vez cada cientos de años, o el salto personal que pasa una vez en la vida, Escorpio es una depuración más bien habitual, un juego períodico de desahogo del deshecho creado por el deseo. Es parte de la naturaleza sana de Escorpio disfrutar del deseo por otras personas, y de placeres como el sexo y por ello necesita una catarsis cíclica, para asi eliminar las toxinas resultantes de ese apego. A riesgo de ser demasiado gráfico, Escorpio se come este mundo material, con voracidad, y por eso tiene que evacuar luego, un proceso de eliminación normal. EntoncesEscorpio debería estar asociado a un planeta ambicioso pero mundano, como Saturno.
Cambios muy colectivos
Pero el ciclo de Plutón, de más de 240 años, el más lento de los planetas usados oficialmente, y por tanto el más colectivo, no tiene sentido para procesos que ocurren tan a menudo como los de Escorpio. De Plutón son más propios los cambios históricos, como las revoluciones que derrocaron la monarquía absoluta e instauraron la democracia la última vez que estuvo Plutón en Acuario.
¿No tiene más sentido histórico, que sea Acuario su domicilio?
Los humanos no tenemos tanto miedo como se piensa al dolor, a la maldad o al abuso, porque vivimos acostumbradísimos a ellos desde que nacemos, son como el agua que bebemos. Lo que más miedo nos da, un pavor irracional y punzante, es lo desconocido. A lo que tenemos horror y asco, es a lo diferente e indescifrable. Nos parece más amenazante lo distinto, las ideas fuera de lugar, las pieles y caras ajenas, los hábitos incomprensibles de otras culturas y otros modos de vida. Aunque tengan el potencial de enseñarnos tanto, aunque sea nuestra posible salvación, corremos despavoridos, lo odiamos y despreciamos tan fácil como respirar.
Y lo realmente dañino, eso que nos fastidia la vida, día a día pero como estamos habituados a ello, lo revestimos incluso de adorable, Como algunas leyes, costumbres, marcas y multinacionales que nos rodean a todas luces opresivas y asesinas., pero que con el tiempo se han hecho hábito Y hasta los llevamos en el corazón, con mas cariño que a nosotros mismos
Nos da pánico lo divergente, porque nuestra mente no está preparada para reestructurarse, abandonar ideas, reubicarlas, resignificarlas
Plutón y los plutoides, son engendros incomprensibles, con nombres que parecen paridos por una mente aburrida y extravagante Makemake, Gonggong, Haumea Varuna, Ixion, Salacia (y muchos más). Son todos Acuarianos, según los Regentes Cosmológicos.
Bizarro. Es una palabra que se lleva usando en los últimos años para referirse a algo "raro", pero etimológicamente en castellano significa "valiente y decidido", uno debe ser atrevido para romper moldes como Acuario
El eje del coraje de ser uno mismo, nos lo da en el zodiaco los signos complementarios de Leo y Acuario, y en Regentes Cosmológicos corresponde a los planetas complementarios Marte y Plutón (y plutoides). Un eje bien explosivo y auto-expresivo
Cuando la mitologia sepulta a Saturno, representante de la ambición, en lo más hondo del cosmos, está mandando un mensaje. Nos dice que eso es el viejo orden. Nos invita a dejar ir la ambición y la dependencia del placer material, para traer un futuro libre de luchas de poder. Nos habla de una posible evolución colectiva que ya ha aprendido lo que tenia que aprender de Saturno, Escorpio y su dolor.
A un nivel más cotidiano, Escorpio aún rumia sus pesares, pasiones y dolores, para sanarlos, equivalente a un terapia de choque. Mientras Acuario abraza el vacío, renuncia a su personaje humano, y con ello no necesita revolcarse más en el dolor.
Plutón, y Acuario son la posibilidad de romper las reglas del juego.
¡Celebremos esa vía que nos abre la entrada de Plutón en Acuario!
